Alfredo Cabanillas Blanco es uno de los tantos conversos de la Guerra Civil Española que se exiliaron en Argentina. Con los conversos suele regir el estigma y la categorización fácil de “traidor” o rechazo moral e ideológico. Sin embargo, estos sujetos en el dolor o el duelo de sus rupturas muchas veces ponen a la luz temas que usualmente quedarían ocultos. El caso de Cabanillas parece paradigmático. En la dirección del importante diario El Heraldo de Madrid que apoyó la campaña de febrero de 1936 del Frente Popular y con la guerra civil, y apoyó (al principio) sin fisuras a los gobiernos de la República, que se rompió frente a la represión y terror en el Madrid revolucionario posterior al 18 de julio de 1936 con las sacas, paseos y asaltos a las cárceles donde se encontraban reputados militares, nobles, burgueses y políticos de derechas.
Cabanillas se enfrenta con esta situación por causas personales que todavía no están claras y decide exiliarse en Argentina donde vivía su hermana. Seguramente amigos suyos católicos y algún pariente cercano se viera afectado por la represión y hasta él o su familia directa hayan sido amenazados por algún comité de salud pública de que dominaban el Madrid de la primavera del 36.Lo cierto es que al llegar a Buenos Aires se pasa con todas sus armas al apoyo explícito a Franco de la mano de uno de los financistas del franquismos en Argentina llamado el Conde de Guadalhorce. También es importante la relación personal que Cabanillas tenía con el famoso director del servicio d e inteligencia de Franco (SIM) Coronel Ungría.
En este sentido Hacía la España Eterna, el libro acá reseñado, da por tierra con más interpretaciones que sólo destacan con experiencia azañista antes de su exilio. En este libro destaca a la “patria como el elemento creado por Dios”, y realiza una denuncia de las llamadas por él “tchecas”, órganos de detención y organización de represión de la retaguardia republicana.
En este libro detalla la represión y realiza una lista de represaliados exponiendo ciertos casos particulares como el del general Lopez Ochoa, Muñoz Seca y el Duque de Lerma. La edición realizada en argentina por Editoriales Reunidas incluye tres fotos de páginas completa con papel ilustrado de Francisco Franco, José Antonio Primo de de Rivera y José Calvo Sotelo.
Unos de sus puntos interesantes de debate es el rescate de una idea de liberalismo vinculado al catolicismo y sin influencia del liberalismo extranjero con una “idea de espíritu liberal y democrático” que parecería contradecir a luz de los hechos su apoyo explícito a Franco, sin embargo para Cabanillas parecería no haber contradicción.
Cabanillas será asesor de Perón en el área de propaganda y será rechazado en sus diferentes intentos de vuelta a Madrid por el poderoso ministro de comunicación Manuel Fraga. Cabanillas logrará volver a España recién en los años sesenta donde morira en 1979.
Alfredo Cabanillas. Hacia la España eterna. Prólogo del Conde de Guadalhorce. Editoriales Reunidas. Mayo de 1938. Argentina.

Comentarios
Publicar un comentario