Juan García Oliver y su Eco de los pasos por Diego Cano.


Hoy presentamos un libro clave. Poco leído, muy necesario para realizar balances y escuchar voces que no son consideradas aún hoy. Un libro paradojal de memorias vividas de un participante directo, el único ministro anarquista de la historia, Juan García Oliver (JGO), y además importante por sus polémicas.

No se asusten por la extensión de la reseña, pero por la relevancia creímos importante hacer una breve puntualización y después un resumen extenso con citas que incentive la larga lectura del texto.
El libro es El eco de los pasos. El anarcosindicalismo ...En la calle ...En el Comité de milicias ...En el gobierno ...En el exilio. Ruedo Ibérico. Barcelona. 1978.
El eco de los pasos son unas memorias que permiten una lectura política profunda y crítica de la Guerra Civil Española. Fuera de estereotipos, hagiografias y clisés repetidos, en este libro encontrarán si sobrevaloraciones y también parcialidades pero bajo un espíritu genuino que se respira en su lectura como pocos libros sobre el tema de un participante directo con altas responsabilidades dentro del gobierno republicano y en la Guerra.
El anarquismo español es el gran subestimado de la Guerra Civil española. Aunque existen muchos y buenos estudios al respecto, deja mucho que desear el volumen de publicaciones que estudian su fuerza e influencia real en la sociedad española de ese momento. García Oliver da un dato, seguramente sobrevalorado, pero significante de esa influencia: "sus propias fuerzas en los ministerios, según JGO tenían mayoría en Cataluña, Aragón, Baleares, Levante, Andalucía, y solamente minoría en las dos Castillas, Asturias y Leon. ¡Casi dos tercios de la zona republicana!"
Reseñar estás memorias encierra el problema de sostener una posición frente al género y frente al complejo tema del anarquismo. Decimos complejo no por eludir una posición sino por las cambiantes posiciones políticas del propio Garcia Oliver mismo en representación de una corriente política de mucha intensidad en la España de la Guerra Civil española.
La leyenda de JGO viene de ser uno de los tres líderes de los famosos " Solidarios" junto a nada menos que José Ascaso y Buenaventura Durruti.
Y su rol va de lejos con mayor significatividad que los anteriores, por su rol de organizador e intelectual. Manuel Azaña (por ejemplo) lo detestaba y cuando JGO fue designado ministro dijo: "no pasó por ahí".
Criticado por su soberbia y temperamento, estás memorias lo muestran a pleno. Una pesadilla de la República y uno de los líderes que enfrentó al sector del Manifiesto de Los Treinta (Pestaña). Partidario de las minorías audaces con su "gimnasia revolucionaria". JGO da una descripción de como la CNT debía preparar la estrategia insurreccional y organizar una estructura paramilitar. Fracasos insurrecciónales palizas y meses de cárcel no menguaron el tesón de sus ideas.
A dos meses de proponer “ir por todo” comienza a aceptar la participación de la CNT FAI en el gobierno.
El viejo pistolero con largas visitas en la cárcel asumirá el Ministerio de Justicia republicano, vaya contrasentido. Su responsabilidad al frente del ministerio fue clave para que se terminarán los tribunales de cuneta y los paseos revolucionarios en la institucionalización de tribunales populares y campos de trabajo. El lugar que le cupo en los llamados hechos de mayo de 1937 todavía sigue en debate. ¿Freno el impulso revolucionario y dejo lugar a la definitiva hegemonía comunista?
Aunque se lo quiere estereotipar y demonizar por la violencia y el terrorismo la CNT fue el único sindicalismo revolucionario todavía presente en Europa que ganaba conflictos a una patronal intrasingente.
Un ejemplo de su crítica feroz sin límites lo ofrecen sus comentarios cuando le fue ofrecido el ministerio de Justicia por el Comité Nacional de la CNT: Resulta importante mencionar las objeciones que pone JGO a dicho ofrecimiento. Sugiere que convenía solo al socialismo, que ellos ya habían decidido la venta del oro sin consultar con los anarquistas. Que de las cuatros carteras ofrecidas (Justicia, Sanidad, Industria, comercio) sólo Justicia tiene fondos secretos, los demás son direcciones generales convertidas en Ministerios. Que los ministerios que tienen fondos se los han guardado para ministros socialistas. "No, no puedo creer que está solución tenga su origen en las conveniencias de la CNT" (291). García Oliver definitivamente era una persona con criterio político propio, por eso aún más es necesaria la lectura de estás memorias.
Como señala Julian Casanova: la atipicidad española de la existencia de un sindicalismo anti político de masas que podía defender su proyecto al margen de las instituciones políticas y parlamentarias.
JGO dice sobre su participación al frente del ministerio de Justicia: "A mi ¿que me dejaban? Las cadenas las cárceles las rejas y los grilletes. Todo con un fondo de estrados, jueces, fiscales y magistrados. ¿Podría hacer algo libertario un ministro anarcosindicalista?" (301) Se hace la excelente pregunta que todo el mundo viene a tratar de encontrar respuesta en este libro. El terrorismo "los reyes de la pistola" de Barcelona no está lamentablemente tratado en detalle (ver audio video sepelio de Durruti en los comentarios).
Lo bueno del relato de la memoria de JGO que con esa posición dura da a conocer una faceta de la historia de los legendarios "Los Solidarios" y "Nosotros" y la CNT muy critico de su desarrollo y con una clara y directa opinión política del porque de su derrota y decadencia. Aunque podría decirse que a Garcia Oliver le achaca las culpas a los otros, faistas treintistas para nombrar sólo los más cercanos su autocrítica implícita es el no haber visto la importancia de juntar la fuerza suficiente para controlar los organismos internos de la organización anarcosindicalista que tanto y tan ampliamente se había desarrollado para el exterior de tel de la prenda y compleja sociedad española anterior a la Guerra Civil.
Parece guardar mucha bronca y celos contra muchos compañeros y al mismo tiempo es franco directo duro y sin medias tintas para calificar a los demás, por supuesto él mismo apreciara ser de los más valientes y uno de los más clarividentes de la situación, parcialmente los hechos parecen darle parte de la razón. Ese es un estudio que todavía está por darse.
Llama la atención la dureza en la crítica frente a ciertos compañeros más cercanos sobre los que que no mide críticas de Durruti y Ascaso encontraremos innumerables comentarios.
Si estás palabras fueron dichas en ese momento tal como JGO afirma, su clarividencia sería supina. Lamentablemente no muestra en este caso (como en otros) material documental que lo sostenga, no tienen porque unas memorias tenerlo y tampoco hay que exigírselo, aunque la prueba de verdad queda en la verdad o verosimilitud de los argumentos del que los sustenta, en este caso JGO.
Sus verdades crudas contundentes sin cortapisas meten el cuchillo a fondo en los egoísmos canalladas traiciones y debilidades de enemigos pero por sobretodo de los "amigos" de los compañeros de organización. Esta actitud puede ser criticada, entendemos con dos argumentos, primero no conlleva una autocrítica por el contrario sostiene y reafirma la verdad de su posición y la valora positivamente sin errores, y dos puede traer argumentos al enemigo político. Por el contrario de estás posibles (algunas ya existentes) críticas creemos que este texto debe ser valorado en esa valentía de hincar el diente hasta el hueso y mirar a nadie ni medir consecuencias. Y esto si podría ser una argumento favorable a su posición, se muestra consecuente con su ideario anarquista donde la palabra importa, el acuerdo se valora, y mucho, y las críticas deben ser tomadas como formas positivas de la construcción de ese comunismo libertario. Sin embargo no deja de llamar la atención la ferocidad de muchos de esos ataques, la mayoría de la veces sin matices casi como una cuestión de carácter patológico que evidencia estás memorias.
Lo que está evidente en estas memorias que todo es medido por García Oliver por las fuerzas y capacidades solo propias, sea. Individuales o colectivas del anarcosindicalismo. No sé consideran otros factores de fuerza, lo cual hace rico para entender la fuerza propia de su agrupación política pero pobre en una análisis que puedan a pesar de un posible sesgo, combinar otros factores tan o más determinantes del resultado de la acción política anarquista y de la conclusión de la Guerra Civil que la mera descripción individual.
Sin el contexto, como decía Borges (admirarse de la calle Arenales sea justamente la calle que se llama Arenales), las menciones de García Oliver a veces pierden sentido.
Al libro le faltan detalles de fechas para ese contexto, que el lector experimentado de la guerra civil podrá reponer.
También falta la referencia de nombres hace de cierta dificultad para el lector menos avezado en el contexto de la Guerra Civil.
"La fea cara de la verdad limpiemos nuestra historia de los desaciertos e inexactitudes garrafales de nuestra historia."
Para él el desempeño en el Comité de Milicias fue la más importante tarea que pudo cumplir desde el inicio de la Guerra Civil como vernos abajo y esto se ve con claridad en su relato.
¿Porque es importante este libro? Porque García Oliver es uno de sus líderes principales del anarcosindicalismo y porque su tono no es de reclamo; y aunque exalta sus logros propios contienen interminables críticas a su propia organización, obviamente desde su posición política individual.
También es interesante su participación como Ministro y las actuaciones en la defensa de Madrid de noviembre y diciembre de 1936. Lamentablemente este diálogo hasta ahora no pudo ser chequeado por nosotros, pero parece bastante inverosímil que los generales soviéticos, e incluso el mismo Coronel Rojo hayan sólo escuchado a Garcia Oliver y el Plan de Defensa de Madrid haya sido concebido por él la noche anterior al asalto. El trabajo de los ingenieros de Madrid en la estructuración de la defensa de las construcciones es hoy ya bien conocido. Parecería realmente una exageración aunque muy probablemente haya sido consultado, no creemos que haya tenido ese papel decidió río fundamental como él describe.
García Oliver impulsó los tribunales populares que suspendían los “paseos” anteriores a su instauración y se suspendió bajo su orden los llamados Tribunales de Sangre.
Este punto es importante porque se atribuye usualmente en la bibliografía la detención de los paseos a la sola asunción de Carrillo al frente de la secretaría de seguridad ignorándose por completo la importancia de la instauración de los Tribunales Populares por parte de ml Ministerio de Justicia conducido por Garcia Oliver. En fin es una pena que no mencione muchos temas polémicos, principalmente sobre la violencia anarquista en la represión, por ejemplo no hay nada de Paracuellos y los paseos y las propias responsabilidades en ese sentido.
A continuación realizamos un breve resumen con citas extraídas de una selección propia para que ele lector pueda repasar los puntos principales antes de ir a la lectura del libro directa:
El libro comienza con el repaso de su juventud en el pueblo de Reus, los recuerdos de su madre y de su padre, una familia humilde, que vivía con lo justo, una familia de trabajadores de pueblo chico de Cataluña a principios del siglo veinte.
En Reus se empezaban a notar las manifestaciones y huelgas y el joven JGO describe como veía a los obreros ser perseguidos por la policía y la solidaridad de la gente del pueblo que los ayudaba. Sus primeros trabajos y esfuerzo autodidacta en aprender francés, y como sus trabajos de cocina, hotel y restaurante los terminaron llevando a Barcelona en 1917. Sus recuerdos de las discusiones sobre política que lo van introduciendo en las internas ente comunistas y anarquista, claramente son afirmaciones teñidas de la impronta desde el momento en el cual están dichas. Su primer discurso que oyó de Largo Caballero pinta está idea: "la impresión de ser un curita laico, apagado y gris".(24). Lo que denota es el clima político y de discusión permanente, el nivel de politización, entre los trabajadores de restaurantes y hoteles de la Barcelona de principios de los años veinte. Es la época de los Somatenes, grupos de choque para policiales financiados por la burguesía. Es interesante como JGO pone de relieve el "el estado de agitación" del periodo previo y posterior a las huelgas. También su incorporación a la CNT del recién creado sindicato de camareros y cocineros del que él era parte y su defunción de "muy tiernos" en sus primeros pasos y huelgas. Cuestiona el talante de "sacristía" (28) que tenían esa reuniones del sindicato donde se preocupaban más por la crítica de los autores anarquista y el intercambio epistolar que por más acciones concretas. También está clara la impronta de Salvador Seguí en aquellos primeros años de lucha para JGO su definición de de "poco espíritu de lucha" y la radicalización a la acción directa de todos los afiliados en las huelgas y por tanto señala también el carácter pacífico de esas primeras acciones huelguistas.
Aunque también es interesante su descripción de como circulaban las lecturas de los "barbudos" en librerías de viejo con compañeros sindicalistas autodidactas que promovían la discusión.
La escalada de violencia también está descripta a través de las bandas de pistoleros de la patronal en un momento dirigidas por el llamado "barón Koenig" que eliminó a muchos militantes sindicalistas, "atentados y huelgas este era el
Ambiente general en las calles" (31).
Interesante como define JGO a la cárcel modelo como el curso intensivo de estudios superiores de teoría y acción revolucionaria por donde pasaban comités enteros de sindicatos donde JGO pasó sus primera experiencia carcelaria.
Se empieza a notar, y JGO lo destaca, el odio a lo que llama "reformismo" y el impulso imperante hacia la acción directa. Las menciones a Andreu Nin y sus cruces en la organización de las huelgas y movilizaciones de Reus donde JGO será el organizador principal enviado por la dirección de la CNT. Sobre Niño dice: "muy político y ameno".
El texto de JGO está lleno de frases solemnes que merecen ser reproducidas, una que nos llamó poderosamente la atención, bien a tono con el ideario anarquista es:" si te sometes, vivirás en paz. Si no te sometes, tenderás que guerrear. Así lo vi yo, que desde mucho antes de yo nacer, España vivió en permenete estado de guerra civil". (54).
A la carcel solo iban a parar los sindicalistas, ni un burgués.
La presión y el asesinato de dirigentes sindicalistas iba a en aumento y JGo fue de los impulsores de asumir una posición activa: "cuando una organización no puede defender la vida de sus militantes en el plano individual, debe hacerlo en la acción colectiva, en la revolución". Pero la revolución no llegaba y los fracasos se acumulaban.
Resulta graciosa una anécdota del intento de Eugenio D'Ords (alias Xenius, posterior intelectual del régimen franquista) que trato de conseguir el apoyo de JGO y el anarquismo para las elecciones en el medio del clima de asesinatos y persecución de los militares y fue casi expulsado del lugar.
Con Salvador Seguí JGO parece tener una ambivalencia, aunque lo admiraba, señalaba las críticas que recibía por su posición "posibilista" de la revolución donde los sindicalistas puros partidarios del "caja y faja" pensaban que se trataba de una nube que hacía borrosas las figuras del burgués y del obrero en lucha a muerte por sobrevivir" pero JGO lo califica de un "irreverente".
Respecto al asesinato de Seguí JGO dice: era muy querido tenía muchos adversarios dentro de nuestra organización cosa natural en un movimiento obrero que aglutinaba todas las tendencias ideológicas del socialismo no marxista. Pero se le respeta y quería (74).
Para JGO el asesinato de Seguí fue la gota que rebalsó el vaso: desató la tormenta en las calles de Barcelona.
Señala JGO que al morir Seguí él de reo de los que se los consideraba por los seguidores de Seguí irresponsables, tuvieron el espacio para tomar el control de la organización. Ahí se iniciaron las acciones justicieras h reivindicativas.
La llegada de la dictadura de Primo de Rivera recrudeció la represión. JGO y muchos otros fueron encarcelados, la práctica era moler a palos a los presos. JGO calló en la cárcel de Burgos.
A los que denigran la acción como carente de pensamiento, JGo comenta las discusiones de sus lecturas aleatorias que llego a dar en torno a la relación del Ulises de Joyce con el Quijote de Cervantes, además de más discusión de los clásicos griegos muchas de las cuales habrían sido recopiladas por Eduardo de Guzmán para el diario anarquista Tierra.
Poco después viaja a París ante la salida masiva de militantes anarquista frente a la persecución de Primo de Rivera donde se entera de la influencia que la revolución rusa está haciendo sobre el
Moviemitno anarauista. El París funcionaba del comité internacional anarquista. Los solidarios hasta ahora poco.
Menciona cierta tensión al interior del grupo Los solidarios por una supuesta intención de usar el dinero recaudado en América para realizar negocios cosa que él rechazaba. (92).
Menciona el plan de Durruti de matar al rey Alfonso XIII en su paso por París (93), JGO se habría opuesto al ser solo una propaganda de hecho escandalosa pero anclada en una necesidad de los obreros. Finalmente no se opuso pero el plan cayó al participar un chofer d época confianza que aviso a la policía. Volviendo a España fue apresado nuevamente en Burgos donde lo encontró la proclamación de la República donde fueron amnistiados.
En 1927 nacen las FAI (Federación anarquista Ibérica) inicialmente JGO no es parte y surge para impedir el aventurerismo político y reformista y la gigantesca movilización en Barcelona que le dio nacimiento. En su seno surgía la tensión con el llamado pestañismo reformista (por el dirigente cenetista Angel Pestaña) a quien Durruti y Ascaso habían ayudado no hacía mucho tiempo.
JGO se convirtió en la vos fuerte de las FAI que revivieron en sindicalismo anarquista. Cobraban así resonancia el ser "faista" partidario de la revolución social enseguida sin esperar a mañana ni a después. Las internas eran feroces Diego Abad de Santillan y Federica Montseny se los tildaba de contrarrevolucionarios por cuestionar la gimnasia revolucionaria y a los faistas. Con la el intento de revolución de 1934 tanto JGO como Durruti y otros fueron encarcelados los que ahora habían dejado de llamarse los Solidarios para denominarse Nosotros.
Una revolución sin ningún parecido con la rusa.
"La revolución hay que hacerla, llevada a cabo por los a anarco sindicalistas, que somos nosotros, o por los comunistas, que si nosotros fallamamos subirán como la espuma" 127.
Siempre que no interfieran los fascistas que son de temer. La línea faista dentro de la CNT creció de manera abismal durante la República sus medios propagandísticos y la práctica de la gimnasia revolucionaria donde los conflictos terminaban en enfrentamientos armados con la guardia civil con asalto a los ayuntamientos izando la bandera rojinegra y proclamando el comunismo libertario. El punto álgido de la gimnasia revolucionaria se alcanzó en enero de 1933 cuando se decidió saltar a la huelga general. Para el anarquismo fue una batalla clave porque según la evaluación de JGO fue donde los sindicatos socialistas "reformistas" (UGT) "perdieran su influencia sobre la mayoría Popular de los españoles". (131). Paradójica resulta la evaluación del resultado de la huelga donde JGO evalúa positivamente haber hecho perder las elecciones a los partidos republicanos haciéndose de la dirección el sector de derecha de esa organización.
Los comentarios negativos sobre Diego Abad de Santillan y su grupo (Federica Montseny, Fidel Miro, y otros) surgen con fuerza en este momento del relato de JGO: formaban una rara agrupación de clase media vergonzantes injertada en la médula de la clase obrera. Para de su injudia proviene del trato que le dispensaron a Durruti producto de esa huelga de 1933. JGO señala: "se dedicaron a socavar el prestigio de Durruti a quien sabían más apegado a su egolatría que a su solidaridad con sus compañeros de grupo. Ni carecían de sagacidad. (134)". Después de esa huelga se conformó Nosotros que terminaron entrando a las FAI cuestionando su dirección. Con ellos estaban los tintoreros, camareros, ebanistas, entre otros. Las acusaciones de JGO suenan fuertes: contrarrevolucionarios, burgueses.
JGO tiende a darle centralidad en las consecuencias políticas de las acciones a anarquistas, por ejemplo con el intento de golpe monarquisante de Sanjurjo dice que fue aplastada por la acción de los anarcosindicslistas de Andalucía.
Durruti le señaló que después del encarcelamiento de las jornadas de 1933 JGO había salido de la cárcel hecho un héroe.
La zaña contra el Pestañismo en esos momentos en JGO se lee terrible.
En la página 136 reproduce una supuesta discusión con Durruti que no tiene desperdicio sobre las responsabilidades cruzadas del fallido atentado de París, las simpatías con Pestaña y la cárcel de JGO en Burgos. En sea diálogo recreado por JgO Durruti le darle la razón abiertamente.
Con Mera también tiene palabras críticas, lo llama: el bueno e inconsecuente.
Sin embargo sin ser muy bien explicado por JGO su actitud hostil hacia ciertos compañeros cambia en el Congreso de Zaragoza de mayo de 1936, se muestra "francamente positivo" al acuerdo de reunificación de la CNT de cara a las luchas que se avecinan. Cierra esta primera parte del libro con varios artículos de JGO escritos la mayoría para Tierra y libertad donde se resumen sus posiciones en varios temas.
La segunda parte consta del anarcosindicalismo en el Comité de Milicias.
Comienza con un balance donde cabe destacar: nos enfrentamos, por haberlo hecho se nos conceptuo como un pueblo extrañamente absurdo. No nos lo perdonan. Sin los anarcosindicalistas su golpe de Estado hubiese sido uno más en la historia de España. No nos perdonan nuestros forzados colegas.nos combatieron y nos difamaron. Hicieron de. Ositos el blanco de todas las acusaciones. Sin embargo no fuimos nosotros quienes desencadenamos la Guerra Civil. No fuimos quienes asesinamos a Calvo Sotelo. Tampoco fuimos los mantenedores del desorden ciudadano. Ni acidulamos la contienda hispánica trayendo extranjeros. Ni atentamos contra el Derecho de Gentes. ¿Se ha escrito lo que realmente fuimos y lo que en verdad realizamos?
JGO dice:"la voluntad de dejar constancia de todos los ángulos malentendidos en la penumbra de la fea cara de la verdad".
No se si todos los ángulos, pero el de él y del anarcosindicalismos tan poco estudiado, seguro que si.
Las negociaciones de la CNT con el socialismo para apoyar a Companys en sus intento de declarara la independencia de Cataluña en 1934 tiene mucha actualidad. Companys se negó a necesitar el apoyo de la CNT según el mensaje enviado por los socialistas. A lo que JGO respondió: si alguien ha podido imaginar que con un solo orificio, el prestigio de un político m, puede arrastrar a la clase obrera de Cataluña por encima de su organización natural, tenes por seguro que es una persona enajenada de la realidad. (156).
JGO es contundente: lo acontecido fue de comedia. Su esfuerzo está en mostrar una declaración puramente de liderazgo sin considerar las organizaciones, sindicatos que acompañen movilizando. Companys se fue quedando solo así fue detenido y enviado al penal de Puerto Santa María.
El saldo de octubre fue muertes y encarcelamientos en grandes cantidades.
De esos momentos está la confirmación d ella
Comités de defensa que Nosostros dirigirá. La escases de armamentos era significativa: "un pistola por cada persona".
En una nota de la página 165 que no tiene perdición, relata lo que para el fueron los seis virajes de Durruti. Denota la tensión y competencia personal entre ambos y señala al final cierto encono de Durruti hacia él diciendo: actuó en la Guerra Civil no llevando sus tropas a Zaragoza y armando su cuartel en Bujaraloz porque sino "íbamos a la dictadura García Oliver".
El discurso de JGO sobre el tema catalán y la preparación de la posición política frente a las elecciones de enero de 1936 y las internas al interior de Nosotros y del anarcosindicalismo (que eran feroces) parecen querer mostrar la fortaleza de sus argentinos y razones que terminan imponiéndose frente a los demás del grupo. Lamentablemente ni Durruti ni Ascaso estaban vivos al momento que fueron publicadas para poder rebatirlas o confrontarlas.
jGO señala su miedo de que cuanto más grande se hacía la CNT más perdía calidad de formación siendo los nuevos más inconsecuentes y prontos al abrazo con los republicanos burgueses socialistas o comunistas.
Su relación con Companys está bien retratada pero el espíritu de JGO está bien reflejado en el abrazo de Companys cuando fueron a ayudarlo frente al golpe de los militares sublevados del
18 de Julio de 1936:" aquello era ridiculo. Era demasiado olvido del pasado, de los compromisos contraídos y no cumplidos". 170. Habían muerto cuatrocientos anarquistas y uno de los líderes de Nosotros: Ascaso.
El anarco sindicalismo terminó aceptando el ofrecimiento de Companys de formar un Comité de Milicias Antifascistas de Cataluña.
JGO planteó en ese momento "ir al por el todo" en la instauración del comunismo libertario, propuesta que fue rechazada por la organización de la CNT y las FAI.
JGO muestra el detalle y seriedad con que se planificó el ataque a los cuarteles de las guarniciones militares de Barcelona sublevadas que tuvieron éxito.
Una anécdota puesta por JGO ilustra de lleno su opinión sobre los comunistas frente la sublevación: "se presentó un personaje inesperado, delgado, pequeño, pálido, desgreñado, armado de un Winchester: -Soy Estivill. Dejarme ir con vosotros. -¿estivill? ¿No eres comunista? ¿Es que no salen a combatir los comunistas, que quieres venir con nosotros? -Sí y no. Soy y no comunista. No sé si los comunistas saldrán a combatir, pero ellos son cuatro gatos locos y llamas probable es que quieres. Reservarse para después. -Anda pues, sube (173)".
Según el relato de JGO la defensa y toma de Barcelona fue una planificación de él.
Una frase de mando clave esos días también se la atribuye: "¡si se puede con el ejército!".
Muy interesante es la paradoja o lectura que hace de esos días del 18 al 20 de Julio de 1936 para los cenetistas. Fue el día de la gran victoria y el día que empezó la gran derrota (176).
Es sintomático de su carácter fuerte, duro, franco y directo como caracteriza la actuación de Diego Abad de Santillan y Federica Montseny esos días: no habían tomado parte pero empezaba a desfilar armados como si lo hubieran hecho. Y agrega sobre la futura ministra: "vivía en la burguesa barriada del Gunardó"(176). Seguido a eso afirma: "Penoso es tener que decir la verdad".
Si reconoce por otro lado que al lado de Durruti Ascaso y JGO estaban en la lucha de las ramblas esos días de Barcelona Vila Cuenca del socialismo, Julian Gorkin y Andreu Nin del POUM .
Toda una revolución lleva consigo la contrarrevolución tal vez unos pasos atrás inclusive desde donde empieza. Companys era la contrarrevolución, eran en esencia burguesa tanto como la Esquerra Republicana afirma JGO.
Las tensiones entre Companys y los cenetistas estuvo en aumento esos días hasta que se logró imponer un acuerdo que habría sido expuesto por JGO para la creación del Comité de Milicias Antifascistas. JGO plantea las dudas que le generaron que Durruti hubiera sido el encargado de las columnas que "conquisten" Zaragoza y Huesca de la sublevación (182). Pérez Farras lo acompañaría como comandante y jefe técnico, el sargento Manzana (personaje muy relevante en el asesinato de Durruti) "hombre sereno y capaz" lo acompañaría al gente de un pequeño destacamento. "De Durruti sabía que era poseedor de una enorme fuerza de voluntad pero que era cero en cuanto a iniciativa" (183).
Con un título impactante "la derrota" JGO comienza un subcapítulo sobre los meses siguientes a la sublevación militar, y dice: "como mariposa de una gran crisálida, la Organización despertó el día de la revolución desplegadas al viento sus multicolores alas" (183).
JGO menciona la conciencia que tenía sobre la dispersión de las fuerzas del Comité de Milicias y que la marcha revolucionaria estaba adquiriendo tal profundidad que obligaba a la CNT a no dejar sin control ni guía porque ellos crearía un vacío de poder que sería aprovechado por los marxistas de todas tendencias para hacerse con la dirección revolucionaria aplastándolos. Si estás palabras fueron dichas en ese momento tal como JGO afirma, su clarividencia sería supina. Lamentablemente no muestra en este caso como en otros otro material documental que lo sostenga, no tienen porque unas memorias tenerlo y tampoco hay que exigírselo, aunque la prueba de verdad queda en la verdad o verosimilitud de los argumentos del que los sustenta, en este caso JGO.
¿Y a qué llama derrota JGO? A la negación por parte del grupo de las FAI Montseny, Abad de Santillan de "desestimar por el momento la puesta en práctica del comunismo libertario" (186). Montseny habría esgrimido que la posición de JGO sostenía la instauración de una dictadura anarquista a la que ella se oponía. JGO afirma nunca haber usado esa palabra.
La desazón, el sentimiento de traición y engaño lo lleva a JGO a plantear dudas casi existenciales sobre la organización de la cual formaba parte y sobre el camino que estaba llevando: ¿Qué había ocurrido? ¿Cómo se las arreglaron para lograr tan densa mayoría de reformistas? ¿Tenía algo que ver con ello el rumor difamatorio difundido desde hacía tiempo sobre las aspiraciones dictatoriales del grupo «Nosotros» y de García Oliver, de quien se decía que era anarcobolchevique? ¿No era sorprendente la actitud de Durruti, tan ostentosamente manifestada con su silencio durante el debate en el Pleno? ¿Tenía alguna relación la actitud de Durruti con las conversaciones que sostuvimos en el grupo «Nosotros» sobre qué podría ocurrir personalmente durante la revolución que se avecinaba?". Estas palabras parecen mostrar un sentimiento de soledad política significativa frente al futuro de su propia organización política. Sobre Durruti es contundente: un demagogo, dice:"tu gran enemigo, Durruti, está dentro de ti.
Morirás víctima de tu demagogia, en el buen sentido de la palabra. Tu siempre dirás y harás lo que quieren que digas y has las multitudes. Es algo superior a ti mismo" (189).
Al momento de armarse la columna JGO planteó tomar el poder en Barcelona a lo que Durruti se opuso, aparentemente la posición predominante termino siendo la de Durruti posponiendo la revolución para después de la toma de Zaragoza.
El frente estacionario en Aragón JGO se lo achaca a la debilidad de la formación de las milicias, sin disciplina militar y sin ganas de tenerla, parapetados en las zanjas y poblados los milicianos empezaron mucho antes que Madrid una guerra estacionaria con frente que llevaba de Belchite a los Pirineos.
"Los anarcosindicalistas que habíamos renunciado a ir por el todo, íbamos a tener que aflojar cada día más nuestra independencia, porque si bien éramos riquísimos en voluntades, en lo que se refería a dinero, teníamos los justo para la compra del día" (198).
JGO describe las salidas de columnas mayoritariamente anarquistas para apoyar por el norte y el sur a los pobres avances de la columna Durruti. De 30000 cuatro quintas parates eran anarquistas el teatro repartido entre milicianos del PSUC y del POUM.
Por supuesto JGO habla bien del Comité de Milicias de Cataluña que él dirigía asimilando al Soviet ruso pero donde no dirigía un solo partido sino con equilibro de las organizaciones partidistas, además menciona que nunca fue criticado aunque los comunistas y la esquerra republicaana trabajaban subterráneamente contra ella.
Ordena nombrar a dos cabos y sargentos delegados de la Comisión obrera para controlar los cuerpos de organización de la Guardia Civil, los guardias de asalto y carabineros. Su intención es destruir el espíritu de cuerpo desalentando cualquier Rebelión a favor de los militares sublevados imponiendo una nueva disciplina que responda al Comité de Milicias. Así detuvieron a Los jefes en estado sublevación y revuelta fue detenida.
En el comité de Milicias que dirigía JGO después de haber sido derrotado en Pleno con su posición de ir por todo, actuó con querían los militantes de base y los comités de sindicatos de secciones de taller y de fábrica, esto significaba que se iniciase la revolución en lo político anulando al gobierno de Generalitat, y en lo social y económico impulsando incautaciones y colectivizaciones de la industria y la agricultura.
Con Federica Montseny también JGO la juega duro: "su porte extremadamente aburguesado no era la mujer adecuada para representar a una organización anarcosindicalista, proletaria y revolucionaria. No les faltaba razón a estas objeciones" (216).
Lo mismo con Angel Pestaña: "el fenómeno treintista era pobre en contenido, aspiraba a ser político".
Lo que JGO llama el golpe de Companys con el PSUC al Comité de Milicias fue apoyado por Federica Montseny quien pensaba que dicho Comité "no fuese otra cosa que una especie de comisaría de policía" (217).
Según la propia descripción de JGO él logra parar al nuevo gobierno y la destitución del Comité de Milicias pero el camino hacia la cada vez menor presencia anarcosindiclaista iba en aumento
También JGO se designa responsable del éxito de l Escuela Popular de Guerra ante la falta de formación de cuadros militares posterior a la sublevación. Y es interesante como presenta la visita del cónsul soviético a la Escuela Antonov-Ovseenko (posteriormente asesinado en las purgas) como admirado por el resultado anarquista en este tema.
También afronta JGO el tema de los infiltrados en la organización anarcosindical a pesar de la señalada extrema vigilancia.
Cuando aborda la justicia revolucionaria destaca JGO el respeto y posibilidad que le dio a muchos militares de que se unan a las fuerzas leales a la República por lo que él dice lo han acusado de "actitudes blandengues" frente a los militares tratando en lo posible de que la imposición sea por la sangre porque eso conduce "a pendientes que se vuelven resbaladizas arrastrándonos a la cima de la indignidad". (229). Este punto es crucial, porque los anarquistas han sido acusados por "incontrolables" y generadores del terror revolucionario por lo menos hasta diciembre de 1936, la actitud, por lo
Menos en los dichos acá de JGO, parecería ser totalmente diferente. Las decisiones de muerte según JGO fueron dictadas por un consejo de guerra integrado por militares leales.
También se muestra furioso con lo que llama la muestras de "jacobinismo" (230) y ajustes de cuentas de otros grupos que no dependían de él.
Menciona también la diferencia de vestimenta de los anarquistas como "pintorescos" y aunque la columna del PSUC se mostraba mejor vestida y disciplinada su desempeño en batalla era de menores condiciones que las columnas anarquistas.
Una conclusión interesante es "la fácil victoria de los militares en su acción contra Companys y los escamots en octubre de 1934 les había resultado fatal en julio de 1936. A los compañeros de Andalucía les iba a resultar negativa la lección del levantamiento de Sanjurjo, porque con una simple huelga general lo ahogaron(235).
También se menciona la posibilidad de conseguir la alianza de los anarcosindicalistas y revolucionarios marroquíes a cambio del apoyo a la república otorgándoles la independencia. Proyecto que evidentemente no tuvo ninguna viabilidad.
Llama la atención la cierta ingenuidad como describe su conocmienitno de las brigadas internacionales, donde se sabía el ingresos y llegada a Albacete de extranjeros pero no se sabía (por lo menos así lo describe JGO) cuál era subibjetivo.
A este respecto JGO mando Cerda la frontera y si la llamada de Largo Caballero es tal cual el la describe es bastante sintomática de la relación entre el gobierno de Cataluña y el gobierna central de Madrid. Le ordena abrir la frontera y JGO quiere discutir sobre el objetivo de esas Milicias y Largo Caballero parece no darle lugar. Aprovechando JGO de pedir un órgano conjunto de dirección de la Guerra.
La conversación habría cortado no poniéndose de acuerdo. Poniendo JGO obstáculo para el ingreso que no pudo impedir y señalando que iban a ser comandados por el hombre de confianza de Stalin André Marty.
Sobre la expedición de Alberto Bayo (futuro entrenador militar de Fidel y Che en México) a Mallorca lo menciona como una provocación o actitud caliente de Bayo que termino justificando mayor intervención italiana.
Califa de fracaso su gestión d e intentar una sublevación de las cabilas rifeñas en Marruecos.
Muestra como la decisión del oro del Banco de España
No fue consultada en ningún momento con los anarquistas y hasta hubo un plan, por tanto, de tomar ese oro en sus manos.
Lo relevante es cuando habla del destino de su organización, por ejemplo "La FAI creada para preservar a la CNT del contagio reformista; llamada a ser el guardián de la revolución que implantase el comunismo libertario había bajado la guardia y dado paso a elementos de la clase media (subreferencia es obvia a Montseny y Abad de Santillan) y en el instantes de las decisiones históricas sería les la que diese el frenazo al movimiento siempre ascendente de la CNT (250)".
JGO reclama que todo lo que sucedía de malo era achacado a las FAI y que sin embargo la revolución social en Barcelona (si lo era) fue a las más conscientemente ejecutadas. Es verdad que se saqueaban iglesias, JGO dice que había honradez y escrupulosidad en el manejo de esos valores (251). Y esa actitud difamatoria sobre las FAI perduró, "he huido de la CNT porque querían asesinarme" era una frase muy repetida.
Las idas y vueltas con el POUM también están reflejadas. Aunque lo consideraba menor equilibraba entre los anarcosindicalistas y el gobierno de la Generalitat. Finalmente JGO llega a conclusión de que cada vez más gravitaban alrededor suyo y decidió darles el Comité de defensa de Costas. Pone un paño de duda respecto a la prisión de Maurin sin ser fusilado. Y hace ver JGO ese nombramiento menor por el respeto que tiene a las minorías (256).
Un dato relevante para los posteriores sucesos de Madrid, con los que quedaron de la tentativa de Bayo de Mallorca se creo la columna "Tierra y Libertad" y quedó bajo la dirección de Montseny y Abad de Santillan. Al llegar a Madrid no fue muy vitoreada, y señala JGO: "tratándose de cuna columna de anarquistas, en aquella ciudad oficialmente comunista y Socialista, la bienvenida tuvo aires de indiferencia" (258).
El Estado Mayor que defendía Madrid asignó a la columna Tierra y Liberta un puesto tan batido por la artillería enemiga que al llegar las posiciones fueron materialmente barridos por una lluvia de proyectiles (258). Está columna había partido a Madrid sin la anuencia de JGO.
Con respecto a la columna los Aguiluchos JGO señala los problemas de indisciplina que naturaliza por haber sido enrolados "espontáneamente" (262).
Y cierra sus experiencia al mando de los Aguiluchos: "la marcha al frente de la columna había sido entusiasta y vistosa. Mi regreso no podía ser más oscuro y apagado. Verdaderamente, fue un gran fracaso mío la columna de los Aguiluchos" (265).
En Aragón al estabilizarse el frente se genera lo que JGO llama "nubes de inquietud" de las familias de los milicianos en el frente. "Los milicianos, sea porque se daban cuenta de que no estaban defendiendo una gran revolución o porque no deseaban ser carne de cañón al servicio de las apetencias de los jefes de columnas con objetivos de tipo napoleonico, eran extremadamente reacios a jugar a los soldaditos" (266). "Los moros que los mate Cristo". Y ahí cuestiona también a Durruti que tenía su compañera con él y señala: "la impresión de que algunas comandancias eran cortijos andaluces (266)".
Las críticas a la imposibilidad de la toma de Zaragoza por parte de Durruti son significativas. Y JGO menciona la existencia de un frente de 300 kilómetros con veinticinco mil milicianos con carencia de elementos de combate, existencia nula de militares leales, y falta de mando unificado y sin reservas.
JGO se pone al frente del Consejo de Guerra que realiza la creación de un mando de Operaciones a principios de septiembre de 1936 aunque siguiera respetando la independencia de los jefes y columnas.
Donde Jose Villalba fue el. Nombrado.
También surgía en el comité de Milicias el problema de la falta permanente de de municiones en el frente.
La opinión de JGO sobre las brigadas Internacionales es contundente: "la mejor ayuda que pueden prestarnos los extranjeros es luchar en sus países para forzar a sus gobiernos a reconocer nuestro derecho a darnos la forma de vida que más nos convenga. Los anarcosindicalistas no somos partidarios de brigadas internacionales ni de intervención extranjera en nuestros asuntos" (273).
Un apartado hasta simpático lo describe JGO en su negociación con un tal Zaharoff que le ofrece un metalizar de aviones en vuelo, y armas a través de un anarquista francés de nombre Pierre Besnard. Finalmente no se llego a acuerdo pero la colaboración entre Besnard y Durruti en la descripción de JGO entra en un manto de sospecha (277).
"El gobierno de Madrid, mayoritariamente Socialista, no nos atendía los pedidos de armamentos y municiones (277)".
Muchos planteos desde el
Mismo anarquismo venían de que al existir el Comité de Milicias como órgano paralelo de gobierno de la Generalitat el gobierno de Madrid no les daba mucha importancia.
Muchas críticas permanentes destila JGO. Intratable la burocratización de la CNT culpando en la mayoría de los casos a Montseny y Abad de Santillan, por ejemplo en los elementos que formaron el gobierno de Cataluña pertenecientes a la CNT.
En un momento Durruti proclama: "renunciamos a todo menos a la victoria esa declaración de Durruti señala JGO le venía "de perlas"(280) a los comunistas.
Toda esta situación envolvía el riesgo de que la entrada en el gobierno de la Generalitat por parte del anarquismo encerrara el cierre del Comité de Milicias por tanto un ataque contra JGO. Lo que el denomina "la cuesta abajo".
La conclusión es terminante: "El Comité d e Milicias se constituyó para soslayar el ir a por el todo" (288).
Para JGO no eran necesarios hombres grises sino hombres apasionados por la libertad, hombres que dando el ejemplo se pusiesen al frente de los timoratos y de los indecisos. Es sintomático la idea que capta JGO de que determinadas épocas precisan y necesitan espíritus diferentes, el de la Guerra Civil necesita espíritus decididos como los de él mismo.
Bajo el punto "todo tiene termino" anuncia como Horacio Prieto (291) le informa de la decisión del Comité Nacional de la CNT de incorporar ellos al gobierno de la República y el comité nacional sugirió a García Oliver para ocupar ese puesto (lamentablemente JGO no da la fecha exacta, si es que la pudiera recordar en el momento que escribió estás memorias).
Resulta importante mencionar las objeciones que pone JGO a dicho ofrecimiento. Sugiere que convenía solo al socialismo, que ellos ya habían decidido la venta del oro sin consultar con los anarquistas. Que de las cuatros carreras ofrecidas (Justicia, Sanidad, Industria, comercio) solo Justicia tiene fondos secretos, los demás son direcciones generales convertidas en Ministerios. Que los ministerios que tienen fondos se los han guardado para ministros socialistas. "No, no puedo creer que está solución tenga su origen en las conveniencias de la CNT" (291).
Según su relato JGO era visto como el único con el temple en el anarquismo para lidiar con el gobierno de la República.
También señala que Montseny obligó al Comité Nacional a que Garcia Oliver fuese ministros porque si ll dejaba solo en Barcelona él daría un golpe de fuerza para desbancar del poder en Cataluña a la línea representada por Montseny y Abad de Santillan.
Al comenzar intenta hacer un balance hasta ese momento y prefigura lo que va a pasar. Dice JGO: "desde el Comité de Milicias empuje y ayude a que el proceso revolucionario fuese adquiriendo profundidad. Choque fuertemente con Companys, él como presidente de la Generalitat y conservador en funciones y yo como impulsor de la revolución" (298).
"Sabía que entre bastidores Antonov-Ovseenko actuaba en Barcelona como si Cataluña fuese colonia." (298).
Sugiere con fuerza que los intereses soviéticos en Cataluña eran secundados por Montseny quien alimentaba el rumor que Garcia Oliver preparaba una dictadura anarquista.
Su pregunta era: ¿era yo leal o un traidor? Al aceptar el ministerio. Serlo o dejar de serlo depende de lo que llegue a realizar en su puesto.
JGO dice que no se arrepiente de nada de lo que hizo mientras fue ministro (299).
Sobre Cataluña y unos comentarios de rabiosa actualidad: "Al advenimiento de la República, al ser proclamado por Máciá el Estado catalán, primero fue abrogada la revolución política en aras de la conservación del Estado español y —con escándalo para muchos catalanes— vio la luz del día una Generalidad de Cataluña, organismo a todas luces retrógrado, adaptación de tiempos pasados, cuya base se la dio un Estatuto que sería otorgado por el parlamento español, pero que malamente regularía atribuciones autonómicas, ya que éstas, para ser expresión de los nuevos tiempos, debían partir de la independencia primero, y después de la federación de las partes desligadas, y no de un gesto dadivoso de unos políticos españoles otorgando el Estatuto" (300).
JGO da un dato muy relevante sobre la influencia anarcosindicalista en la zona republicana según su estimación mencionando la subrepresentacion de sus propias fuerzas en los ministerios, según JGO tenían mayoría en Cataluña, Aragón, Baleares, Levante, Andalucía, y solamente minoría en las dos Castillas, Asturias y Leon (300). ¡Casi dos tercios de la zona republicana! Si esta estimación, aunque sobrevalorada tiene algún vicio de realidad, acá hay un problema muy relevante que seguramente te está relacionado con la política anarquista, pero la influencia disminuida en exceso de su real capacidad de llegada en la población de la zona republicana.
"A mi ¿que me dejaban? Las cadenas las carceles las rejas y los grilletes. Todo con un fondo de estrados, jueces, fiscales y magistrados. ¿Podría hacer algo libertario un ministro anarcosindicalista?" (301) Se hace la excelente pregunta que todo el mundo viene a tratar de encontrar respuesta en este libro.
La primera sensación que transmite JGO al llegar a Madrid es que el quintacolumismo es mucho más significativo que en Barcelona. "O se sometía a aquella chusma fascistoide o la ciudad terminaría por caer en estado de honda tensión: un gobierno lo es cuanto más firmemente domina los probé lemas de orden en las ciudades"(302). Hoy sabemos que ese quinta columnismo fue exagerado en exceso.
Aunque también JGO señala el reverso de la moneda, la JSU descontrolada por la noche cometiendo purgas sangrientas dejando al gobierno en una posición débil, no pudiendo controlar a la chusma ni a los ajusticiamientos sumarios.
JGO relata cínicamente la amabilidad del gobierno que descubre su motivo prontamente: Madrid estaba sitiada y el gobierno se desplazaba a Valencia. "Todo el secreto de la incorporación de la CNT estaba ahí (304), se quería cubrir con nuestro nombre el miedo de aquellos señores".
"Ahora todo estaba claro. Primero, El Oro. Evacuar el oro adonde solamente ellos pudiesen alcanzarlo. Después evacuar Madrid, con honor, cubriéndonse de honor con el de los anarcosindicalistas. Luego ya podrían tirarnos por la borda, porque ya no nos necesitarían" (304). "La mascarada que nos había preparado, ¡gran maniobra!" (304). "La proposición de abandonar Madrid fue rápidamente y unánimemente aceptada por todos los ministros presentes (304)".
JGO fue, según su relato, ferviente opositor a la salida del gobierno de Madrid, y no porque la medida fuera inoportuna, sino porque lo inoportuno era el tiempo y forma como los de la CNT habían sido invitados a formar parte del gobierno y de la reunión del Consejo de Ministros.
Eduardo Van al frente del Comité de de Defensa de Madrid (similar el Comité de Milicias de Barcelona que había conducido JGO) le advierte a JGO que Margarita Nelken junto con las Juventudes Socialistas Unificadas (JSU) "asume las funciones ejecutivas de justicia en Madrid. Opera camuflada en una pequeña oficina del Ministerio de la Guerra. Ten cuidado con las que la rodean; la mayor parte son jóvenes guardias de Asalto vestidos de paisanos" (306).
Termina de consolidarse en él la idea de que en el gobierna no había fuerzas ni personas revolucionarias, casi todas seguían la consigna comunista de “primero ganar la guerra” y no admitían cambios en esos momentos hacia la revolución doc cual como JGO quería instrumentar desde su ministerio (309).
Su plan era primero ser él quien dirigiese efectivamente la justicia y no permitir al margen de nuestra organización “noches de justicia expeditiva (309)”. Hasta porque siendo el ministros esa misma justicia paralela podría ser achacada a su responsabilidad.
jGO se entrevistó con Margarita Nelken vos Ángel Galarza (uno de los socialistas más inteligentes y listos). La conversación reproducida por JGO no pareciera muy verosímil, aunque una frase atribuida a Nelken parece memorable: “haré todo Los posible por ayudarte en tu difícil empresa de echarle agua a las llamas de la revolución” (310).
JGO cuenta q la misma Nelken le reconoció su responsabilidad en la matanza de los derechistas detenidos en la cárcel Modelo y las persecuciones a su manera “contra el bandolerismo sangriento de la quinta columna (311)”.
El día posterior a la decisión del gobierno de abandonar Madrid con destino a Valencia, decisión que fue acompañada con regañadientes por los anarcosindicalistas, el embajador soviético telefoneó a JGO y quiso reunirse con él con otras personas. Llego al ministerio con Vicente Rojo, Stein general soviético, otro general soviético, y Orlov y Petrov, de los cuales supo después eran los jefes de la GPU.
Según JGO el embajador lo señala por lo de Barcelona como un experto en tomar una ciudad. JGO le pidió el mapa a Rojo quien se lo mostró. ¿Donde desembocan las alcantarillas? En el manzanares, contestó Rojo. Bueno entrarán por ahí. ¿Tienen buenas secciones de ametralladoras? Sí, contestaron. No pueden poner gasolina a todas las alcantarillas porque ardería la ciudad. Si fallan con la
Entrada subterránea van a intentar mañana la entrada con tanques e infantería por detrás, coloquen en las casas en flecha hombres con molotov para hacer volar los tanques.
“Gracias, de todo corazón ¡gracias!” (315) habría dicho Rojo.
Lamentablemente este diálogo hasta ahora no pudo ser chequeado por nosotros, pero parece bastante inverosímil que los generales soviéticos e incluso el mismo Coronel Rojo hayan sólo escuchado a Garcia Oliver y el Olán de Defensa de Madrid haha sido concebido por él la noche anterior al asalto. El trabajo de los ingenieros de Madrid en la estructuración de la defensa de las construcciones es hoy ya bien conocido. Parecería realmente una exageración aunque muy probablemente haya sido consultado, no creemos que haya tenido ese papel fundamental como él describe.
JGO describe la reacción del anarcosindicalistas madrileño a la salida del gobierno a Valencia como una “infantil rabieta” (316) y destaca el espíritu combativo de la Junta de Defensa a alturas jamás vividas ni siquiera al levantamiento popular contra la invasión napoleónica.
La reacción de Eduardo Val en poner los controles anarquistas en Tarancón se la atribuye JGO a la decisión errada de Horacio Prieto de poner ningún anarquista de regional de Madrid en los ministerios y si a cuatro catalanes.
Montseny supuso que todo lo de Tarancón había sido en acuerdo de JGO con Mera y Val.
JGO regresó rápido a Madrid para mostrar que los cenetistas no huían pero también para enterarse de las Recomendaciones de sus planes militares. A su regreso su impresión fue : Madrid había ganado con las salida del Gobierno” (320). De ahí en adelante “los madrileños serían los más admirados” (320).
Finalmente el ataque de las alcantarillas se había producido y la matanza de los sublevados fue grande, aparanetemente las sugerencias de JGK habían sido tomadas en cuenta.
Llama la atención como JGO a diferencia de su descripción de Barcelona se pone más como observador, inclusive respetuoso con los comunistas y la Junta de Defensa dirigida por Miaja. Por ejemplo: “Rojo parecéis un buen jefe de Estado Mayor (321)” un elogio de JGO no debería ser desmerecido.
“Parecía que un orden nuevo existía en Madrid después de la salida del gobierno (321)”.
JGO mando destruir todo el archivo de antecedentes penales con la excusa de unos obuses que habían caído en el Ministerio.
Al día siguiente apareció Durruti en su escritorio. “Ya me imagino que mi presencia no te hará mucha gracia..me llamaron...acordaron que vienese a salvar Madrid” (322).
JGO señala un diálogo entre Largo Caballero Durruti y JGO para la asignación de Durruti Colón mayor (máximo rango que se le daba al que viniera de Milicias). Se había acordado el mando de tres brigadas mixtas bajo sus órdenes.
JGO más adelante sugiere la creación de un comité de Milicias porque “los comunistas ya se habían apoderado de casi todo el Comisariado del Ejército, estaban invadiendo los Estados Mayores y de no olerse eles un valladar, se harían los amos de todo en poco tiempo (325)”.
En ese sentido elogia a Largo Caballero que apoyó en parte la medida como estratagema de equilibro de fuerzas.
Interesante es el comentario sobre las tensiones entre Largo Caballero y Miaja. Este: “no enviaba ninguna información y parte.
Con bastante demagogia estaba logrando que los miembros de las junta de defensa se considerasen gobierno, no solamente en Madrid, sino de toda España. Y eso era intolerable (326)”.
JGO sugirió a Durruti para dirigir el supuesto futuro Consejo Superior de Guerra que remplazaría a la Junta de Defensa. Largo Caballero terminó aceptando la medida.
Señala también JGO como se entera por Martinez Barrio que las mejores armas, equipos, comida y hasta hospitales iban a parar a las manos de las brigadas internacionales (328).
JGO señala que se dedicó a las Escuelas Populares de Guerra que serían las dos palancas que darían la fuerza contra el comisariado y las Brigadas Internacionales.
Sugiere que la inmediatez de la decisión de la participación de Durruti en el frente de Madrid sugerida por Montseny era poner en riesgo a Durruti innecesariamente y contra el acuerdo que anteriormente se había realizado con Largo Caballero.
Al llegar a Madrid JGO y Durruti en la Gran Vía se encuentran con una columna de milicianos que hablaban catalán y desoyeron la voz de mando de Durruti diciendo “nosotros procedemos del cuartel Carlos Marx de Barcelona y nos manda ‘El Nevis’ y El Capitán López Tienda (330)”.
Se negaron sin orden escrita a obedecer. Solo respondían al PSUC o al jefe de Operaciones del Ejército de Madrid. “El halago es la salsa de la demagogia” dice JGO en referencia al apuro de Montseny, Santillan y Marianet de enviar a Durruti a Madrid.
JGO le habría dicho a Durruti: “Estas en Madrid y esto lo tienen minado los comunistas. Se dice que el comandante Rojo y el General Miaja están bajo control comunista (331).”
La recepción no fue buena de Miaja y Rojo a Durruti seguramente ya conocían las aspiraciones de dirigir el Consejo de Guerra. Los generales soviéticos que siempre acompañaban era Stein y Walter. Durruti pidió un asesor soviético y salieron junto a JGO a recorrer el frente, llegaron hasta la Facultad de Filosofía y Durruti habría decidido fijar ahí su cuartel a pesar de las advertencias de unos brigadistas internacionales.
Según JGO Durruti pensaba manejarse como en Aragón donde todos le respondían, acá en Madrid había un sistema que había que adaptarse a él.
Al otro día Durruti le habría comentado a JGO que no le asignaron el mando de la columna Carlos Marx y que habían defendido el puente de los franceses siendo herido de gravedad Negus.
JGO menciona un encuentro con López Tienda donde le menciona las deserciones de sus soldados (334). Seguido a eso se acerca hasta donde se encontraba Durruti en el puente de los franceses y ahí dice ver el combate aéreo de los chatos sovieticos y Messerschmidt alemanes terminando el combate en empate (335). JGO participa del tiroteo de defensa del puente junto a Durruti y ahí le realiza este comentario: “esto no es un puesto de mando, Durruti, este no es tu puesto” (335) la valoración temeraria y “demagógica” señalada permanentemente por JGO hacia Durruti, aquí, horas antes de su muerte, se muestra muy evidente.
La muerte de Durruti es informada por Mera a JGO quien le achaca la mala bienvenida de él h Van a la llegada de Durruti a Madrid.
JGO da la versión que Manzana el asistente de Durruti le cuenta en el velatorio. Su muerte fue producto del disparo accidental de su naranjero (340).
JGO pidió a Manzana y el doctor Santamaría que guarden el secreto u que sea recordado como un héroe. “Después de todo sino murió como un héroe si vivió como héroe sus últimos días en Madrid (340)”.
Sin embargo afirma, dejando un velo de duda fatal, “entonces como ahora, treinta y siete años después, me pareció inverosímil aquella versión de la muerte de Durruti (340)”.
JGO fue quien representó el entierro de Durruti el
Más solemne de los sepelios.
Ese día se dio por enterado del fusilamiento de José Antonio Primo de Rivera. JGO menciona que por sistema siempre apoyo las sentencias a muerte impuestas por Tribunales Populares (342).
Coincidentemente con la muerte de Durruti el frente de estabilizaba y JGO podía pensar en su obra ministerial. Con un grupo de juristas instrumento sus primeras medidas h creo una guardia penitenciaria exclusivamente compuesta por anarcosindicalistas. La forma, llenar todos los puestos y después convocar para no ser infiltrados por comunistas.
Impulso JGO los tribunales populares que suspendían los “paseos” anteriores a su instauración y se suspendió bajo su orden los llamados Tribunales de Sangre.
Este punto es importante porque se atribuye usualmente en la bibliografía la detención de los paseos a la sola asunción de Carrillo al frente de la secretaría de seguridad ignorándose por completo la importancia de la instauración de los Tribunales Populares por parte de ml Ministerio de Justicia conducido por Garcia Oliver.
Una anécdota interesante es que decidió JGO instalar em Valencia en el Hotel Metropol donde también estaban los soviéticos y los de la GPU. Lo mismo en Madrid donde elegían el Palace que justa mente no era bombardeado “¿entendimiento?” (348).
Menciona posteriormente la discusión sobre las decisiones sin informar al gobierno de justicia propia en La Brigadas internacionales por el que JGO menciona como ‘el carnicero de Albacete’ André Marty. Se menciona: “la gente ya se canso de ver en los internacionales a un ejército de privilegiados. Años internacionales que nadie llamó y que solo vinieron a reforzar las posiciones de quienes, como los comunistas, eran una ridícula minoría (354)”.
Justamente sobre él JGO vio la maniobra tendiente a sustituirlo (376). En nota de la página 376 menciona el cierre de las escuelas de guerra en Cataluña de la mano de Prieto siendo ministro de Negrin. En la página 382 menciona dos bombardeos de aviones propios con la intención de matarlo.
Menciona las conspiraciones de monárquicos, catalanes, vascos y otros en Paris y su intento de ley contra el espionaje.
En la página 386 menciona la posición del país vasco de negociar La Paz por separado a la República.
Menciona que el reemplazo de Largo Caballero ya estaba decidido y que el problema era para Stalin cuál de todos de la terna elegir. Afirmando con firmeza que el nombramiento de Negrin fue digitado exclusivamente desde Moscú.
Sobre Asturias dice: fue una pérdida lenta h callada, se perdió desde el primer día.
La desconfianza era generalizada entre las diversas fuerzas republicanas (405) y dentro de los propios partidos (por ejemplo en el socialismo).
A fines de abril pone en evidencia la colaboración entre los conspiradores de Paris (catalanes y monárquicos) con los soviéticos. Objetivo: sacar a los anarquistas.
Se empezaron a dar incidentes, varios anarquistas fueron presos. JGO se entrevistó con Companys durísima por la posible ejecución de los cenetistas. El caso de Reverter y El Oro robado fue álgido (418). Su mención al PSUC es interesante “el menos revolucionario de los partidos comunistoides del
Mundo (419)”.
Para JGO fue la sección marítima del sindicato de Transporte de Barcelona la responsable de caer en los planes conspirativos de Paris h los soviéticos (420). También los menciona responsables de la inoperación de Bayo con lo de Mallorca (421).
Ellos habrían ubicado sin orden los sucesos de Mayo.
Su opinión es que fue una provocación generada por un tal Manco y que el conflicto era CNT contra anti CNT.
Lo importante para JGO era : “apagar aquella hoguera (424)”.
Los objetivos eran: 1. Impedir la restauración monárquica, 2. Aplastar la maniobra soviética, 3. Salvar la vida de los militantes anarcosindicalistas de Cataluña (425).
Se pidió el alto el fuego.: “Los verdaderos orquestadores de las fuerzas en pugna, los Krivitski, Orlov y Petrov y el sagaz Antónov-Ovseenko, batidos en toda la línea, tendrían que revisar sus métodos fracasados. Pronto serían llamados a Moscú. Ninguno se salvaría. Sólo podrían encontrar salvación en la fuga y deserción.( 428)”
En mayo de 1937 ya no decidíamos nada, éramos juguetes de agentes provocadores (429).
“Todo Buró internacional tiene que comportarse antinacionalmente como confesaría después uno de sus robots, Jesús Hernández, en su libro Yo fui ministro de Stalin” (435).
Todo esto en el marco del Consejo de ministros del
15 de mayo donde los comunistas piden la persecución del POUM por ser responsable de los sucesos de
Mayo”.
Una vez renunciado Largo Caballero la posición más digna de los anarquistas fue renunciar (438). La CNT se negó a integrar el equipo de Negrin (439).
Las próximas páginas JGO deja de cumplir un papel central en el gobierno, además del asunto de la propuesta de los Camborios de guerrillas, y de la participación desde abril de 1938 de un ministro anarquistas las opiniones de JGO dejan al parecer de tener la misma sustancia.
La siguiente parte del libro de la pagina 513 es el anarquismo en el exilio y de diversos artículos de García Oliver.


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